HABLO de nuevo con el sepulturero, él acaricia el
hueso sacro de su pala y se estremece a su contacto
poderoso, conoce la llamada del topo y del poniente
sus diversas aleaciones, el helecho y otras melenas más
dormidas conjura en silencio, huele el humus mojado y
la caoba embriagadora a punto de zarpar hacia trópicos
inexactos
pues él pasa lista al carrusel de mis vértebras mientras
mastico grumos de luz incierta, ha paladeado la tila de
mis venas y sabe que estoy tranquilo, seguro en mi
desamparo cuando de nuevo le hablo, espectro de laúd
ahogado, desde el puente levadizo de la página
poema de Jesús Jiménez Domínguez do livro Diario de la anemia (Olifante, Zaragoza 2000)
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