Me inquieta de las letras que no tengan sombra. Al mismo tiempo, sé que
no debo permanecer en esta idea. Dedicarle un poema sería francamente
aburrido. Abundarían los símiles y los símbolos y sería insoportable.
Pensemos mejor, por un momento, en el ulular de las sirenas de
ambulancia, que infecta la ciudad de incertidumbre. O en la gente que
muere, sin ir más lejos, que siempre es un tema que deleita a chicos y
grandes, al igual que ciertas películas B-15 (para adolescentes y
adultos) que parpadean deshaciéndose en las salas de cine.
Retirado daqui.
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