“Books are finite, sexual encounters are finite, but the desire to read and to fuck is infinite; it surpasses our own deaths, our fears, our hopes for peace.” ― Roberto Bolaño
quarta-feira, 29 de fevereiro de 2012
segunda-feira, 27 de fevereiro de 2012
asfalto - assalto
sexta-feira, 24 de fevereiro de 2012
A estrada, a estrada
The interstate system is the final stage of American highway development. As the automobile became more prevalent, faster, and ultimately essential to our way of life, the landscape was modified to accommodate this new necessity. The automotive highway was built on paths, tracks, pikes, roads of a horse and pedestrian era. In the early period […] The automobilist was an adventurer challenging territory and terrain. But soon changes came to the road itself […] There was a whole set of accouterments to accommodate the needs and desires of drivers, passengers, automobiles, and the road itself. Any stretch of road came to contain information for orientation, direction, and traffic management. Its signs, lights, and stripes, became second nature. There were places to service the car and to serve the mobile populace. The landscape – urban, suburban, rural, became an automotive one.
Kenneth I. Helpland, “The 1950s and the birth of contemporary landscape”, Places, Volume 5, nº2, pp. 40-49, 1988.
Um poema de Ruy Belo
Atropelamento mortal |
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Nalgum oásis do princípio ele fora um fugitivo brilho no olhar de Deus -a vida havia de lho lembrar muitas vezes. Atravessou as nossas ruas entre gatos, a chuva molhou-lhe as pobres botas cambadas. Teve um banco de jardim, teve amigos, um deles o sol. Sempre sem o saber procurou Deus. Um dia foi campos fora atrás dele, perdeu o emprego na Câmara Municipal. Teve mãe mas depois nunca mais foi solução para ninguém. Naquele dia a morte instalou-o confortavelmente no céu. Lá se foi com seus modos humanos, seus caprichos e um notório acanhamento em público (há-de a princípio faltar-lhe à-vontade entre os anjos). Tinha o nome no registo, agora habita nas planícies ilimitadas de Deus. Nas suas costas ainda se derrama a tarde interrompida. Manhãs e manhãs desfilarão sobre ele, caracóis cobrirão a memória daquele que foi da sua infância como qualquer de nós. Teve um nome de aqui, andou de boca em boca, agora é Deus que para sempre o tem na voz.
Ruy Belo Aquele Grande Rio Eufrates |
quarta-feira, 22 de fevereiro de 2012
Quarta-feira de cinzas
Because I do not hope to know again
The infirm glory of the positive hour
Because I do not think
Because I know I shall not know
The one veritable transitory power
Because I cannot drink
There, where trees flower, and springs flow, for there is nothing again
T.S. Eliot, Ash Wednesday
domingo, 19 de fevereiro de 2012
Declaração de Intenções - Margarida Vale de Gato
Para aqueles que insistem diluir
isto que escrevo aquilo que eu vivo
é mesmo assim, embora aluda aqui
a requintes que com rigor esquivo.
À língua deito lume, o que invoco
te chama e chama além de ti, mas versos
são uma disciplina que macera
o corpo e exaspera quanto toco.
Fazer poesia é árido cilício,
mesmo que ateie o sangue, apenas pus
se extrai, nem nunca pela escrita
um sólido balança, ou se levita.
Então sobre o poema, o artifício,
a borra baça, a mim a extrema luz.
Margarida Vale de Gato, Mulher ao Mar, 2011, Mariposa Azual
sexta-feira, 17 de fevereiro de 2012
Margarida Ferra - Curso Intensivo de Jardinagem
quinta-feira, 16 de fevereiro de 2012
terça-feira, 14 de fevereiro de 2012
La Canción desesperada - Pablo Neruda
Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.
Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!
Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!
En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.
Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!
Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.
Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!
En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!
Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!
Hice retroceder la muralla de sombra,
anduve más allá del deseo y del acto.
Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.
Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.
Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.
Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.
Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!
Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.
Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.
Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.
Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.
Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Y la palabra apenas comenzada en los labios.
Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!
Oh, sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron!
De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste.
De pie como un marino en la proa de un barco.
Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.
Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!
Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.
El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.
Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.
Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.
Es la hora de partir. Oh abandonado!
Pablo Neruda, 20 poemas de amor e una canción desesperada